Historia del Monasterio
El Monasterio de Samos es, sin duda uno de
los más antiguos e importantes de los muy numerosos cenobios de tierras de
Galicia.
Este
monasterio de Lugo se encuentra en
el pueblo de Samos, cabeza del municipio del mismo nombre. Esta tierra lucense
es un lugar ideal para un monasterio de origen medieval pues se asienta en un
valle estrecho, encajonado entre montañas.
Además
es lugar de paso del Camino de Santiago.
El Monasterio de San Julián y San Basilisa de
Samos (aunque se conoce más como simplemente Monasterio de San Julián de
Somos) tiene origen altomedieval, concretamente de época del Reino Visigodo en
el siglo VII, atribuyéndose su fundación a San Martín Dumiense y renovado por
San Fructuoso.
Además
hay una inscripción empotrada aparecida en el siglo XIII en la que el obispo de
Lugo describe cómo bajo su mandato se restaura en el siglo VII el antiguo
monasterio.
Los
avatares, guerras y conflictos medievales afectaron en numerosas ocasiones al
monasterio. Así debió ocurrir en el siglo VIII pues fue abandonado por los
monjes durante la efímera dominación musulmana. Tras su retirada al sur, el cenobio
fue nuevamente ocupado y reverdecida la vida monacal.
El
Monasterio de Samos fue ocupado por mozárabes que venían huyendo de Al-Andalus
en tiempos del rey Fruela I que les
asignó un coto en estas tierras.
Precisamente
el hijo de éste, el que sería el gran rey Alfonso
II el Casto pasó de su infancia aquí, junto a su hermana Jimena, tras la
muerte por asesinato de su padre, cuando su vida peligraba por las continuas
conspiraciones aristocráticas del recién nacido Reino Astur.
Durante
el siglo X, Samos sufre la momentánea expulsión de los monjes por parte del
obispo lucense don Ero pero reverdece poco después y se convierte en un
monasterio benedictino y recupera su auge en el XII bajo la reforma cluniacense.
No
fueron los únicos percances del Monasterio de San Julián de Samos ya que en
tiempos modernos sufrió varios incendios y la exclaustración de Mendizábal de
1835, aunque fue reocupado de nuevo por monjes a finales del siglo XIX.
El
Monasterio de San Julián de Samos se convirtió en Sede de la Orden de monjes
benedictinos a comienzos del siglo XIX.
Arquitectura
del Monasterio de Samos
El
conjunto monástico de San Julián de Samos procede de distintas épocas, aunque
mayoritariamente abarca desde el Renacimiento hasta el Neoclasicismo. Todas las
dependencias y su conjunto son de enormes proporciones y se aprecia que en sus
promotores y sus arquitectos se buscó una grandiosidad al tiempo que contenida
decoración que desembocase en contenida sobriedad.
La
iglesia
La
iglesia es del siglo XVIII, construida entre 1734 y 1748, que auque barroca por
época más bien parece neoclásica por las formas austeras y clasicistas que
muestra. Tiene planta de cruz latina y tres naves. Las bóvedas son de medio
cañón con casetones y los apoyos, arcos semicirculares sobre fuertes pilares
con pilastras dóricas en sus caras. En el crucero se elevó una enorme cúpula
semiesférica sobre pechinas con relieves de los doctores marianos benedictinos
San Ruperto, San Bernardo, San Anselmo y San Ildefonso.
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La
barroca fachada también es un obra del siglo XVIII y a pesar de su buena
articulación se aprecia algo rechoncha al estar inacabada, pues no se llegaron
a construir las torres laterales.
La
escalera de acceso recuerda a la del Obradoiro de la Catedral de Santiago. Por
ella llegamos a la puerta propiamente dicha que es adintelada. Esta puerta se
rodea de una fachada monumental dividida en dos cuerpos horizontalmente, siendo
el inferior de doble altura que el superior, aunque reproducen aproximadamente
la misma estructura vertical y ornamentación a base de columnas dóricas y
anchísimas pilastras murales.
Si el piso inferior lleva como vanos la puerta de ingreso y dos ventanales, el superior se orada mediante un óculo circular y dos troneras para las campanas.
Los
claustros
Pero si
la iglesia provoca el interés por su monumentalidad, más aún lo tiene su pareja
de claustros, el del Padre Feijoo y el de las Nereidas.
El Claustro grande o de Feijoo es el más
grande de España con crujías de casi sesenta metros de longitud.
Fue
construido en el siglo XVII. entre 1685
y 1689 en estilo herreríano. El alzado de las pandas se forma mediante tres
pisos o niveles. El piso inferior muestra galerías abiertas al patio mediante
arcos de medio punto (nueve por crujía) que apoyan en pilastras dóricas
adosadas a machones que se decoran también con grandes pilastras que se vuelcan
al interior. El segundo nivel sólo lleva ventanas rectangulares, mientras que
el último es de atractivas formas al tener balaustradas y grupos de vanos
ajimezados de arco carpanel con columna mainel central de capitel jónico.
En el
centro de este claustro se yergue la enorme estatua del Padre Feijoo, obra de
Francisco Asorey.
El
segundo claustro es más antiguo. Se llama Claustro
Pequeño o de las Nereidas. Su construcción data del siglo XVI avanzado
(1539-1582) pero como es normal en la arquitectura gallega, su arcaísmo lo convierte en un monumento tardogótico. Su
arquitecto fue Pedro Rodríguez, natural de Monforte. Tiene sencillas arquerías
apuntadas. Las bóvedas son de crucería estrellada.
Posteriormente
se construyeron dos pisos por encima.
Este claustro se llama de las Nereidas por la fuente central –originaria del siglo XVIII- cuya copa es sostenida por cuatro esculturas que representan a este ser mitológico.
No hay
que dejar de visitar la encantadora y recoleta iglesia medieval de San Salvador de Samos de origen mozárabe (posiblemente del siglo IX). Tiene una única nave y remata
en cabecera de testero plano.
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