sábado, 3 de mayo de 2014

Monasterio de Xunqueira de Espadañedo. Galicia





Xunqueira de Espadañedo es un municipio orensano del Ribeira Sacra conocido por su monasterio, el de Santa María, monumento nacional desde 1981.


 
El origen del Monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadañedo hay que buscarlo en una fundación Agustina de mitad del siglo XII. Sin embargo, pocos años después pasa a formar parte de la Orden del Cister, tan potente en tierras de Galicia, en dependencia directa de  Montederramo . Éste es el momento en que se inicia la construcción del conjunto románico.

Tras reformas, construcciones y destrucciones llevadas a cabo en los más de 800 años de vida del cenobio lo que queda actualmente es una iglesia románica con fachada barrocaneoclásica, parte del gran claustro renacentista y otras dependencias menores del monasterio.

Tras la amortización de Mendizábal las dependencias monásticas de Xunqueira de Espadañedo pasaron a propiedad municipal y en él se han instalado algunos servicios y dependencias del ayuntamiento, como biblioteca, oficina de correos, centro de salud, etc.
 
El interés artístico de este monasterio se centra fundamentalmente en la iglesia y en el claustro citados. 

La iglesia románica

La iglesia es un templo de sillería berroqueña compuesta por tres naves y cabecera de tres ábsides semicirculares. Las  naves están separadas por pilares de sección cuadrada con medias columnas en sus frentes. Los arcos formeros son de medio punto y no existen bóvedas pétreas sino cubiertas de madera.

Los capiteles, siguiendo los preceptos cirstercienses, apenas están decorados, siendo en su mayoría casi lisos con alguna voluta o poma en su extremo superior.



El muro exterior del ábside central se encuentra parcialmente alterado. En origen tenía cuatro columnas adosadas –actualmente amputadas parcialmente- y se abrían ventanales románicos en los tres paños centrales. Actualmente, el ventanal central está perdido.

Los ábsides colaterales son mucho más bajos, también de semitambor, y solo dos columnas animan sus sobrios muros.

La fachada románica fue sustituida por otra que podríamos definir como a mitad de camino entre barroco y neoclásico. Está dispuesta con estructura de tres calles verticales muy sobrias. La central lleva pilastras en sus lados. Tanto la puerta como la ventana que se dispuso encima de ella son adinteladas. Encima se remata en frontón. Las calles laterales son más sencillas aún, con una pareja de ventanas superpuestas en el muro completamente liso.

Encima de este tímpano se  dispuso una pequeña y espigada torrecilla para las campanas de formas barrocas.

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