En el
año 1169, Don Lope Díaz de Haro y doña Aldonza Ruiz de Castro donaron a la
Orden del Cister una villa en Hayuela, donde debía de existir ya una fundación
monástica benedictina de monjas.
No obstante,
el conjunto de edificios que vemos hoy no comenzó a levantarse hasta tiempos de
la abadesa beata doña Urraca (1225-1262).
En la
tercera o cuarta década de este siglo se proyecto una iglesia de tres naves
todavía con resabios románicos. Algunas partes tardorrománicas se conservan,
como los cimientos y especialmente algunas portadas de medio punto y otras
apuntadas pero todavía tardorrománicas que se abren al claustro.
Es ya
en la segunda mitad del siglo XIII cuando se progresa en la construcción de la
mayor parte de la iglesia, pero ya en el estilo gótico imperante, pero en este
caso muy puro y clásico.
Por
falta de medios no se construyeron las tres naves, sino que la cabecera
tripartita y el transepto se remataron con una sola nave.

El Monasterio de Cañas tiene cuatro elementos de gran importancia y valor artístico. Por cada uno de osos elementos, por sí solos, sería merecedor de la visita.
Cabecera de la iglesia del Monasterio de Cañas
Los dos laterales son más menudos y
sencillos, al disponer sólo de un ventanal muy alargado en el centro del
testero.
Sala Capitular del Monasterio
Obra de
la segunda mitad del siglo XIII. La entrada es preciosa con tres vanos rodeados de arquivoltas
apuntadas muy decoradas con hojarasca gótica.
El
salón es un espacio repartido en cuatro espacios abovedados con crucería, cuyos
nervios apoyan en una columna central y triples columnillas o ménsulas en los
muros.
Tiene
gran altura y amplitud y denota la vocación plenamente gótica de los constructores.
Sepulcro de Doña Urraca
El
sepulcro gótico de la beata Doña Urraca se encuentra en la sala capitular. Fue
esculpido a finales del siglo XIII o incluso a principios del XIV. Muestra a la
abadesa yacente en la lápida ataviada con sus atributos abaciales.
En uno
de los frentes de la caja se esculpió la bella escena de la subida al Cielo de
la beata, donde su alma, con forma de niña, es recogida por dos ángeles.
El
resto de las caras muestran con precisión y calidad artística escenas de la
vida de la beata, así como el pésame de monjas, mujeres y frailes tras su
muerte.
Aunque
se ha querido comparar este sepulcro con el de Nájera (Doña Blanca de Nabarra)
y San Millán de la Cogolla, es obvio que el de Cañas tiene, como mínimo un
siglo menos de antigüedad y abandona el hieratismo románico para adoptar un naturalismo
plenamente gótico. En este sentido es elocuente la abierta sonrisa de algunas monjas,
que parecen comentar los acontecimientos.
Conjunto de
portadas
Un
rápido vistazo a las alas del claustro del Monasterio de Cañas, nos muestran
varias puertas de acceso a la iglesia y a otras dependencias claustrales monásticas.
Hay algunas sencillas de medio punto totalmente románico y otras de transición al gótico.

La más importante es la que comunica la iglesia con el claustro. Es un ejemplar precioso y elegante, típico del tardorrománico cisterciense. Tiene cuatro arquivoltas apuntadas sobre columnas acodilladas menos la tercera que lleva dientes de sierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario