jueves, 29 de mayo de 2014

Monasterio de Leyre. Navarra



El de Leyre es un monasterio milenario que llegó a ser uno de los más importantes de la España reconquistada y corazón espiritual del Reino de Pamplona.



Se sabe que existía un monasterio en el siglo IX que fue destruido por los musulmanes. Luego, a comienzos del XI fue reconstruido y se sabe de una primer consagración de la iglesia a mediados de ese siglo. Las obras debieron proseguir hasta el siglo XII. Más tarde, en el siglo XIV sufrió una abrupta ampliación gótica de las naves por los monjes cistercienses que lo habitaron a partir del XIII.


 
Tras la eliminación de las naves románicas y su sustitución por las góticas, de estilo románico perdura básicamente la enorme cabecera triabsidal –que incluye la cripta- y la puerta occidental.



De la primera campaña románica de Leyre data su cabecera, de altísimos ábsides que engloban, en su parte baja, la cripta.



Aunque no hay concesiones escultóricas en ella (carece de ventanas decoradas o de columnas) es magnífica su fábrica, realizada con grandísimos sillares de color cálido perfectamente aparejados.


La cripta es uno de los más sugestivos lugares del románico español. Sus bóvedas de medio cañón se refuerzan con arcos fajones de arco de medio punto muy peraltados que, a su vez, son soportados por columnas de corto fuste y grandes capiteles.

La portada occidental, denominada Porta Speciosa ya es del siglo XII, aunque debió sufrir una importante intervención posteriormente y se sumaron esculturas de otros lugares de la iglesia, al estilo de la puerta de las Platerías de Santiago.

Esto hace que la riqueza escultórica de la Porta Speciosa del Monasterio de Leyre sea verdaderamente espectacular.

La portada tiene cinco arquivoltas de medio punto que rodean un tímpano esculpido soportado por una columna parteluz. Este tímpano llevaba siete estatuas, de las que se reconocen a Cristo, María, San Pedro y San Juan y algunos apóstoles.


Todas las arquivoltas están decoradas figurativamente así como las enjutas y el friso superior.

Aunque se ha estimado la intervención de tres talleres distintos como protagonistas de esta magna puerta del Monasterio de Leyre, (incluyéndole taller del Maestro Esteban) en toda ella se aprecia manos expertas que esparcen por todo el conjunto infinidad de esculturas de exquisita finura.












El visitante puede perderse entre tanta riqueza por lo que es recomendable una ojeada detenida y aislando los elementos escultóricos uno a uno, que por la recombinación posterior citada no tienen necesariamente que tener que ligazón con las tallas próximas. 

 

sábado, 3 de mayo de 2014

Monasterio de Xunqueira de Espadañedo. Galicia





Xunqueira de Espadañedo es un municipio orensano del Ribeira Sacra conocido por su monasterio, el de Santa María, monumento nacional desde 1981.


 
El origen del Monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadañedo hay que buscarlo en una fundación Agustina de mitad del siglo XII. Sin embargo, pocos años después pasa a formar parte de la Orden del Cister, tan potente en tierras de Galicia, en dependencia directa de  Montederramo . Éste es el momento en que se inicia la construcción del conjunto románico.

Tras reformas, construcciones y destrucciones llevadas a cabo en los más de 800 años de vida del cenobio lo que queda actualmente es una iglesia románica con fachada barrocaneoclásica, parte del gran claustro renacentista y otras dependencias menores del monasterio.

Tras la amortización de Mendizábal las dependencias monásticas de Xunqueira de Espadañedo pasaron a propiedad municipal y en él se han instalado algunos servicios y dependencias del ayuntamiento, como biblioteca, oficina de correos, centro de salud, etc.
 
El interés artístico de este monasterio se centra fundamentalmente en la iglesia y en el claustro citados. 

La iglesia románica

La iglesia es un templo de sillería berroqueña compuesta por tres naves y cabecera de tres ábsides semicirculares. Las  naves están separadas por pilares de sección cuadrada con medias columnas en sus frentes. Los arcos formeros son de medio punto y no existen bóvedas pétreas sino cubiertas de madera.

Los capiteles, siguiendo los preceptos cirstercienses, apenas están decorados, siendo en su mayoría casi lisos con alguna voluta o poma en su extremo superior.



El muro exterior del ábside central se encuentra parcialmente alterado. En origen tenía cuatro columnas adosadas –actualmente amputadas parcialmente- y se abrían ventanales románicos en los tres paños centrales. Actualmente, el ventanal central está perdido.

Los ábsides colaterales son mucho más bajos, también de semitambor, y solo dos columnas animan sus sobrios muros.

La fachada románica fue sustituida por otra que podríamos definir como a mitad de camino entre barroco y neoclásico. Está dispuesta con estructura de tres calles verticales muy sobrias. La central lleva pilastras en sus lados. Tanto la puerta como la ventana que se dispuso encima de ella son adinteladas. Encima se remata en frontón. Las calles laterales son más sencillas aún, con una pareja de ventanas superpuestas en el muro completamente liso.

Encima de este tímpano se  dispuso una pequeña y espigada torrecilla para las campanas de formas barrocas.